Caminando entre la gente, en un atiborrado restaurante, en un pequeño club escuchando a alguna banda aún desconocida. ¿Cómo la reconocerías? De hecho, no podrías. Pennie Lane es y siempre ha sido muy cuidadosa al respecto. Cree que su vida personal es eso mismo, personal. Nunca creyó en vender sus memorias, aunque se lo han pedido. Al final no tuvo que hacerlo, pues lo hizo alguien más.
Aunque conoció y amó a hombres que fueron leyendas del rock, su motivación no fue casarse, el dinero o provecho personal. Simplemente la música la tocaba en maneras que nada más podía. Sabía también cuan seductor era este estilo de vida, por lo que cuidadosamente se permitió 3 años, desde que salió de secundaria hasta que empezó la universidad, para vivir, salir de gira y conocer a los músicos. Tal vez fue su instinto protector el que le advertía que nada de lo que vivía era real y que no era más que un espectador al margen. Había visto, escuchado y aprendido mucho de sus amantes, de los managers, de las empresas discográficas, promotores, roadies e incluso choferes y estaba dispuesta a continuar con su vida.
Partió de vuelta a casa en Portland, Oregon sabiendo que el rock n’ roll viviría y lo rápido que son olvidadas las groupies. Fue a la universidad, tuvo una carrera, contrajo matrimonio como cualquier persona. Entonces, en el año 2000 recibió una llamada. Alguien se había acordado de ella. Irónicamente, no fue un rockero sino un escritor al que no había visto en 27 años.
Cameron Crowe escribió una historia, no solo acerca de ella, sino sobre tantas chicas que amaron no solo a estos hombres, pero también su música. “Almost Famous” fue llevada al cine, con las actuaciones estelares de Patrick Fugit, Billy Cudrup, Frances McDormand y Kate Hudson. Ambas actrices recibieron nominaciones al Oscar como Mejor Actriz de Reparto y la película obtuvo el premio como Mejor Guión Original.
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